jueves, 4 de noviembre de 2021

ARTICULO NAIM

 INSENSIBILIDAD CONGENITA AL DOLOR 😖

 La percepción del dolor se considera un mecanismo protector que permite detectar daño tisular al organismo y así modular su actividad durante la reparación. La CIP (Congenital Insensitivity to Pain) se define como la incapacidad de sufrir dolor desde el nacimiento, mientras que otras modalidades sensitivas se mantienen intactas, y está asociado a varias neuropatías autonómicas hereditarias sensoriales. Los individuos afectados a menudo sufren lesiones permanentes durante la niñez, pues no notan las enfermedades o las lesiones sufridas y no aprenden los actos para eludir el dolor.

Puesto que las vías de la percepción dolorosa son muy numerosas, el descubrimiento de que la alteración de un único gen, el SCN9A, podría provocar una pérdida completa de la recepción de la señal nociceptiva ha resultado sorprendente, las mutaciones nulas en SCN9A son sanas, los fármacos que bloquean el canal Nav1.7 tienen un gran potencial para producir una analgesia nueva y mucho más segura. Es una experiencia común a todos nosotros. Su función protectora es bien conocida, es un hecho inherente a la vida, es universal, sería inconcebible esta si no existiera. Se podría decir que estamos “protegidos por la sensación de dolor”. Existen algunas enfermedades que cursan con la ausencia de la percepción dolorosa y conllevan a múltiples problemas para los pacientes afectados, que en ocasiones pueden perder la vida.

Los trastornos de esta enfermedad se basan en  la reactividad al dolor, se pueden distinguir: a) transtornos congénitos, que incluyen la insensibilidad congénita al dolor o analgesia congénita y la indiferencia congénita al dolor; y b) trastornos adquiridos, como la asimbolia dolorosa, la analgotimia y la hemiagnosia dolorosa.

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Equipo 6 👌


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